El “Rey Midas” mexicano

“El optimismo firme y paciente siempre rinde sus frutos.”

– Carlos Slim

Con tan solo doce años, Carlos Slim, incursionaba en el mercado financiero haciendo su primera compra de acciones en el Banco de México. Décadas después, se convertiría en el primer latinoamericano en encabezar la lista Forbes de multimillonarios mundiales.

Actualmente ocupa el quinto lugar en esta lista con una fortuna estimada en USD 63.7 mil millones provenientes de sus inversiones con su conglomerado, Grupo Carso.

Destinado al éxito

Carlos Slim, hijo del empresario mexicano-libanés Julián Slim, comenzó sus lecciones financieras a temprana edad gracias a las enseñanzas de su padre. Como parte de este aprendizaje, incorporó la costumbre de registrar todas sus transacciones financieras en su libro contable personal, este método lo conserva hasta el día de hoy.

A los 21 años se graduó de la Universidad Nacional Autónoma de México como ingeniero civil y comenzó a trabajar en el mercado de la bolsa. Como bróker, generó, en tan solo cuatro años, ganancias de USD 400.000. Este monto le permitió abrir su propia firma, “Inversora Bursátil”, empresa que sentó las bases para la creación del Grupo Carso.

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Identificando el valor real

El magnate mexicano comenzó la década de los 70´con un importante capital de inversión derivado de su actividad como bróker. En estos años, Carlos Slim, puso en práctica su estrategia metódica de inversión. Esta táctica, similar a la de Warren Buffet, consiste en identificar el valor real de los activos a invertir. Es decir, reconocer si el valor un activo en concreto está sobrevalorado o infravaloradas.

En base a esta estrategia, Carlos Slim, adquirió inteligentemente compañías infravaloradas en los rubros de bienes raíces, construcción, minería, bebidas sin alcohol y embotellamiento. Estas inversiones resultaron exitosas, posibilitando la diversificación de su portafolio hacia nuevas industrias tales como: tabaquerías, aluminio, aerolíneas, químicas, hotelería y más.

Crisis y recuperación mexicana

“Si mi papá, en plena Revolución, con el país sacudido, sin todavía tener familia, siendo extranjero y sin el arraigo que te da el tiempo, confió en México y en su futuro, cómo no iba a hacerlo yo”

– Carlos Slim

En 1982 se desplomó la economía mexicana y, Carlos Slim, vio una oportunidad para hacerse de varias empresas nacionales que se encontraban al límite de la quiebra. La compra de estas compañías fue clave ya que las adquirió a precios increíblemente bajos para luego venderlas o incrementar su rentabilidad con la recuperación de la economía mexicana en 1985.

La gran apuesta

A comienzos de 1990, México inicia un proceso de privatización de sus empresas nacionales, entre ellas, la empresa de telecomunicaciones Telmex. Carlos Slim con su Grupo Carso identificó una oportunidad de inversión y decidió hacer todo lo posible por adquirirla. Luego de largas negociaciones con el gobierno mexicano, el Grupo Carso junto con “France Telecom” y “Southeastern Bell Corporation” adquirieron la totalidad del gigante de las telecomunicaciones.

Esta resultó ser una de las inversiones más exitosas en la carrera de Slim. Al día de hoy, Telmex, es responsable por el 90% de las operaciones telefónicas y Telcel (subsidiaria de Telmex) por el 80% de las operaciones celulares.

Nuevos horizontes

El apodado “Rey Midas”, todo negocio que toca se convierte en oro, continúa expandiendo sus inversiones con la ayuda de sus hijos hasta el día de hoy. Sus incursiones en el mercado estadounidense y europeo, incluyen la participación en empresas como: Apple, Shazam, The New York Times Company, Microsoft, Bankia y Realia.

“Hay que imponer nuestra voluntad a nuestras debilidades.”

– Carlos Slim

Carlos Slim, con su experiencia y astucia supo identificar y tomar las oportunidades en el momento justo, construyó un imperio alrededor de su exitoso método de inversión.

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