La administración de Biden está a punto de implementar una nueva norma que permitirá a Estados Unidos bloquear exportaciones de equipos de fabricación de semiconductores a fabricantes de chips en China desde un mayor número de países. Esta medida, que se publicará el próximo mes, es una extensión de la llamada “norma del producto extranjero directo” y busca restringir el avance tecnológico chino en áreas críticas como la supercomputación y la inteligencia artificial, las cuales podrían beneficiar al Ejército chino.
Sin embargo, esta norma excluirá a los aliados de Estados Unidos que exportan herramientas esenciales para la fabricación de chips, como Japón, los Países Bajos y Corea del Sur. Esta excepción permitirá que grandes fabricantes de chips como Nvidia y ARM continúen operando sin restricciones. De hecho, tras el anuncio, las acciones de Nvidia aumentaron un 12% y las de ARM un 7%, mostrando la confianza del mercado en estos gigantes tecnológicos.
La norma prohibiría a seis fábricas chinas, clave en los esfuerzos avanzados de China en la fabricación de chips, recibir exportaciones de muchos países, incluidos Israel, Taiwán, Singapur y Malasia. Esto podría afectar significativamente la cadena de suministro global de semiconductores, un componente esencial en una amplia gama de productos electrónicos, desde smartphones hasta automóviles.
Estados Unidos ha estado imponiendo controles a la exportación de chips y equipos de fabricación de chips a China desde 2022 y 2023. Esta nueva norma subraya la intención de Washington de mantener la presión sobre la industria china de semiconductores, mientras trata de no alienar a sus aliados. La norma del producto extranjero directo permite a EE.UU. bloquear la venta de productos fabricados con tecnología estadounidense, incluso si se producen en el extranjero.
Un ejemplo de esto es la restricción a Huawei, que ha tenido que buscar nuevas formas de operar tras las sanciones impuestas por Estados Unidos. La nueva normativa pretende cerrar lagunas en la norma del producto extranjero directo, reduciendo la cantidad de contenido estadounidense necesario para que los artículos extranjeros estén sujetos al control de EE.UU.
Además, Estados Unidos planea añadir unas 120 entidades chinas a su lista de comercio restringido, incluyendo fábricas de chips, fabricantes de herramientas y empresas de software de automatización del diseño electrónico (EDA). Aunque la norma aún es un borrador y podría cambiar, el objetivo es publicarla el próximo mes.
El impacto en el mercado podría ser significativo, ya que estas medidas podrían alterar las dinámicas de la industria global de semiconductores. Empresas en países no aliados podrían enfrentar desafíos en su capacidad de exportación, afectando potencialmente sus ingresos y la disponibilidad de productos tecnológicos en el mercado global. Al mismo tiempo, los aliados de EE.UU. podrían beneficiarse de una mayor demanda de sus productos, consolidando su posición en el mercado.
La estrategia de Estados Unidos muestra la importancia de una cooperación internacional sólida para implementar controles de exportación eficaces. Las exenciones para más de 30 países que forman parte del grupo A:5 reflejan la necesidad de un enfoque diplomático y multilateral. Esto no solo busca proteger los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos, sino también mantener el equilibrio en el comercio internacional y las relaciones diplomáticas.
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